La Humanae Vitae en 17 Puntos
- Transmitir la vida humana es un gravísimo deber que ha sido siempre fuente de alegría para los esposos, colaboradores libres y responsables de Dios Creador.
- El Magisterio de la Iglesia es competente para interpretar la ley moral natural, expresión de la Voluntad de Dios cuyo cumplimiento fiel es necesario para la salvación. Y no puede declarar lícito lo que es esencialmente opuesto al verdadero bien humano.
- La natalidad hay que enfocarla no con consideraciones parciales, sino a la luz de una visión integral del hombre y de su vocación, terrena y eterna.
- La fuente primera del amor conyugal es Dios. El matrimonio es una institución del Creador para realizar en la humanidad sus designios de Amor. Entre bautizados, es además Sacramento.
- El amor conyugal es un amor:
- Humano (Sensible y Espiritual)
- Total (se comparte total)
- Fiel y Exclusivo (hasta la muerte)
- Fecundo
- Debemos entender la PATERNIDAD RESPSONSABLE con relación
- al aspecto biológico: Es conocimiento y respeto de las funciones biológicas.
- al instinto y las pasiones: Es el dominio necesario de ellas por la razón y la voluntad.
- al aspecto físico, económico y social: Es la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa, o la decisión tomada por graves motivos y respetando la ley moral, de evitar nuevos nacimientos por un tiempo definido o no.
- al aspecto moral: Es el reconocimiento pleno de los deberes de los cónyuges para con Dios, consigo mismo, con la familia y con la sociedad.
- Cualquier acto matrimonial debe quedar abierto a la vida. No pueden separarse nunca los dos aspectos del acto conyugal:
- Unión de los esposos y
- Procreación
- No disponerse a trasmitir la vida contradice el designio constitutivo del matrimonio, y la naturaleza del hombre y la mujer, que no son árbitros de las fuentes de la vida, sino administradores del plan de Dios.
- Para regular la natalidad, es ILICITA:
- La interrupción directa del proceso generador ya iniciado y sobre todo aborto
- La esterilización directa, temporal o perpetua de cualquier cónyuge
- Y toda acción que, en previsión del acto conyugal o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales se proponga como fin o como medio hacer imposible la procreación
- Una vida conyugal fecunda en su conjunto no legitima ni cohonesta un acto conyugal voluntariamente infecundo.
- Si para espaciar los nacimientos existen motivos SERIOS, derivados de las condiciones de los cónyuges o de circunstancias exteriores, es LICITO tener en cuenta los ritmos naturales de las funciones generadoras para usar del matrimonio sólo en períodos infecundos, y así regular la natalidad sin ofender los principios de ley moral.
- La regulación artificial de la natalidad
- Abre un camino fácil a la infidelidad conyugal
- Lleva a la degeneración de la moralidad
- Pierde el respeto por la mujer
- Permitiría a gobernantes imponer métodos, contrarios a la libertad personal, en lo más personal de la intimidad conyugal
- Una práctica honesta de la regulación de la natalidad exige a los esposos adquirir sólidas convicciones sobre los verdaderos valores de la vida y la familia, y un perfecto dominio de sí mismos.
- Los educadores deben crear un clima favorable a la educación de la castidad: el triunfo de la libertad sobre el libertinaje, mediante el respeto del orden moral.
- Los gobernantes no pueden permitir la destrucción de la moralidad: la política familiar y la educación del pueblo deben respetar la libertad y el orden moral.
- Esposos, científicos, médicos, sacerdotes, obispos, deben vivir y enseñar a vivir esta doctrina, en respeto a la vida y a la ley moral.
- La Iglesia llama a una gran obra de educación, progreso y amor. No se puede hallar la felicidad a la que aspira el hombre mas que en respeto a la ley grabada por Dios en la naturaleza humana, que debemos observar con inteligencia y amor.
Al transmitir la vida los esposos deben conformar su conducta a la intención creadora de Dios, manifestada en la misma naturaleza del matrimonio y de sus actos.
Cortesía de la Asociación Defensa de la Vida, Costa Rica
Apdo.: 997-2050
Teléfono: (506) 201-433