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El Plan de Dios Para la Vida
Planes Amorosos
Las escriturass revelan que Dios creó un plan para la vida utilizando una planificación muy adelantada con bastante cuidad y amor. En Jer 1:5, Dios dice “Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destine a ser profeta de las naciones.”
Esto es bastante sorprendente. Dios conocía a Jeremías antes de que naciera. Por lo tanto, Dios nos conoce a todos nosotros antes de nacer.
El plan de Dios el cual es muy adelantado, amoroso y cuidadoso está confirmado en Rom8:29-30 donde San Pablo dice:
“A los que de antemano conoció, también los predestinó a ser como su Hijo y semejantes a él, a fin de que sea el primogénito en medio de numerosos hermanos.”
La misma idea de conocimiento de antemano está revelado en la carta de San Pablo a los Efesios 1:3-4:
“Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús nuestro Señor, que nos ha bendecido en el cielo, en Cristo, con toda clase de bendiciones espirituales! En Cristo Dios nos eligió antes de que creara el mundo, para estar en su presencia santos y sin mancha.”
El amor requiere la planificación adelantada. El plan de Dios para la vida comenzó antes de que El formara el mundo.
En el principio
El principio del plan de Dios para la vida está revelado en el libro del Génesis. Cuando leemos el libro del Génesis, reconocemos los elementos espirituales que permanecen dentro de la historia. Adán representa el hombre; Eva representa la mujer. Creó al hombre a su imagen, Gen 1:27. El hombre tiene algunas características asombrosas. Tiene la capacidad de crear, tener un sentido de justicia, interceder, rescatar, tener misericordia, perdonar – esto lo pone mucho mas arriba de los animales, quizás aun de los ángeles. El hombre es, sorprendentemente, bastante como Dios. También, el hombre tiene la capacidad de tener una relación con Dios. Además, el hombre puede recibir el Espíritu Santo – Dios mismo. En fin, el hombre está destinado a vivir por siempre.
El mandamiento primero en la Biblia es “Sean fecundos y multiplíquense.” Inmediatamente viene el mandamiento “Llenen la tierra y sométanla. Gen 1:28. Estos son elementos muy importantes del plan de Dios para la vida. Ellos toman un sentido nuevo en el mundo de hoy. Todavía, la tierra no está llena ni sometida. Hay muchos recursos y hay mucha tierra no utilizada. El plan de Dios y los mandamientos que le acompañan son todavía validos.
La castidad
La importancia de la castidad, como una parte del plan de Dios para la vida, está contenida en uno de los Diez Mandamientos, “No cometas adulterio” Ex 20. El capítulo 18 del Levítico está completamente dirigido a la santidad de los poderes procreativos. Se ordenó a los hombres no tener relaciones sexuales con sus madres, sus parientes, la esposa del prójimo, ni otro varón. Se ordenó a hombres y mujeres no tener relaciones sexuales con los animales. Tales impurezas son una abominación. De hecho, Dios promulgó un decreto que toda la humanidad debe ser casta. Los solteros deben ser castos. Los casados deben ser castos. Los viudos deben ser castos, o sea, que no debe haber relaciones sexuales fuera del matrimonio.
El matrimonio
Solo el matrimonio con un esposo provee el medio ambiente, seguro y amoroso, que fomenta la procreación y el plan de Dios para la vida. El plan amoroso y procreativo de Dios consiste en una relación mutua en la cual seguimos Su dirección de ser castos, fecundos y de multiplicarnos, llenar la tierra y fecundarla. Por medio del matrimonio procreamos seres humanos que El de antemano conoció antes de que creara el mundo. La castidad y el matrimonio trabajan juntos para promover la fertilidad.
Los hijos de Dios
El plan de Dios llega a ser aun más grande. Los seres humanos, por medio de Jesucristo llegan a ser hijos de Dios. Llenos del Espíritu Santo de Dios mismo, ellos cumplen las exigencias de la castidad y la fecundidad generosa. Y se multiplican con alegría. También, los seres humanos poseen una gran variedad de talentos para lograr el plan de Dios de fecundar la tierra. Hay trabajadores, ingenieros, agricultores, contadores, médicos, artesanos, científicos y gente de muy diferentes capacidades, todos concebidos y diseñados por Dios. Los seres humanos se enorgullecen y regocijan al cumplir el plan de Dios para fecundar la tierra y se alegran al unirse con Él.
La sodomía y la anticoncepción están condenadas
Muy al principio en la historia de la salvación fue necesario enseñar algunas lecciones importantes. La historia de Sodoma y Gomorra, Gen 19, es bien conocida. Esas ciudades fueron destruidas por Dios como testamento eterno a la maldad que contenían, especialmente la sodomía, la cual fue una gran desviación del plan de Dios para la vida. En la historia de Onán (Gen 38), la cual no es bien conocida ni comprendida, fue necesario enseñar otra lección muy importante de la procreación. Onán fue uno de los tres hijos de Judá. El primogénito pecó a los ojos de Dios y Dios le quito la vida. No nos da la razón. Bajo la ley Levirato en ese tiempo, a Onán se le pidió casarse con la viuda de su hermano, Tamar, para darle descendencia a su hermano. Onán se casó con ella pero al tener relaciones con ella, desperdiciaba el semen en la tierra. En terminología medica esto se llama “coitus interruptus”(coito interrumpido). Más común, se llama “retirada” y es una forma de anticoncepción. Onán hizo esto porque no quería tener hijos en el nombre de su hermano muerto. Dios le quitó la vida. Es claro que Dios le quitó la vida porque defraudó el fin procreativo del matrimonio. Más tarde, Tamar tuvo relaciones sexuales con Judá, su suegro (incesto) quien, en el mismo acto cometió el adulterio. Tamar tuvo gemelos. A pesar de sus pecados, ni los gemelos, ni Judá, ni ella murieron. Solo Onán murió como testamento eterno del mal de defraudar el fin procreativo del matrimonio. Onán no murió porque no quiso casarse con Tamar. El castigo por no casarse con Tamar (vea Deut 25) no fue la muerte. Si decidió no casarse con Tamar, ella podría remover la sandalia de su pie o escupirle a la cara en público, humillándolo de ese modo . Esto es mucho menos que la pena de muerte. Onán murió porque su acción de anticoncepción tenía grandes efectos y consecuencias mucho más allá del acto mismo. Su acto atacó el plan de Dios para la vida. Debían nacer niños que no nacieron. Vemos de esta historia que la anticoncepción frustra el plan de Dios para la vida y que Dios condena la anticoncepción. En efecto, Dios dice que "El plan para la vida y la creación es mi plan."
Los niños son una bendición
Los niños son una bendición; son inocentes y felices. Los niños enriquecen a los padres, haciéndolos menos egoístas. Los niños llegan a ser adultos inventores quienes resuelven los problemas del mundo. Los niños llegan a ser adultos apóstoles quienes proclaman la Parábola. Las poblaciones grandes aumentan el nivel de vida proveyendo una gran variedad de productos y servicios. Más bien, se proveen estos servicios a un precio mínimo por persona. Por ejemplo, un pueblo pequeño con una población de 1000 personas no tiene con que construir su propia planta de agua purificada. Hace falta por lo menos 100,000 personas. Hace falta tener grandes poblaciones para soportar una industria de teléfonos o una industria de automóviles. Los Estados Unidos tiene una población que es la tercera más grande en el mundo, precedido por China e India. La población grande, el mercado libre y la bendición de Dios lo llevo a la prosperidad. Los niños crecen y crean la prosperidad.
¿Cuando se termina el plan?
No nos corresponde a nosotros saber. La tierra contiene 6 billones de personas. Puede alcanzar 600 billones o más. El punto es, no estamos ni siquiera próximo al límite de llenar y fecundar la tierra. El plan de Dios es un plan amoroso y El puede dirigir su cumplimiento para nuestro beneficio y el máximo gozo. ¡Alabemos al Señor! Alabemos a Dios!
La rebelión de la humanidad contra el plan de Dios para la vida