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Un examen de la conciencia para los pastores

Introducción

Este examen de conciencia está diseñado para todos los pastores mientras que luchan por enfrentarse a los desafíos de nuestra época. Se asume que el pastor que está investigando su contenido ya logró el dominio sobre las emociones, pues no incluye las numerosas preguntas que se encuentran típicamente en un examen de conciencia general escrito para todos los miembros de la Iglesia. Se pone el foco en la misión fundamental de la Iglesia la cual es proclamar La Buena Nueva, combatir el pecado y salvar las almas para la vida eterna. Estos fuertes valores fundamentales deberían formar el epicentro de la misión de todos los pastores, dirigida hacía una cultura la cual la mayor parte “No se arrepintieron de sus crímenes, ni de sus brujerías, ni de su inmoralidad sexual, ni de sus robos.” Apoc. 9:20. Tal vez el examen de conciencia pudiera parecer muy desafiante. ¡En efecto, eso es el fin de un examen de conciencia! Un pastor ferveroso se dará cuenta muy rápido que este examen tiene el poder de propulsar la Iglesia entera hacía su destino glorioso.

La Predicación

“Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba, porque lo hacía con autoridad y no como sus maestros de la Ley.” Mateo 7:28

  1. ¿Predico con autoridad?
  2. ¿Reclamo la autoridad que me entregó Jesús y su Iglesia?
    • ¿Es mi tono animado con la verdad, la Fe, la autoridad recta para reprender a los pecadores, con suavidad y humildad, con tono apropiado al tiempo, lugar y audiencia?
    • ¿Presento el Evangelio como una opción con las consecuencias serias si es aceptada o rechazada? ¿O diluyo el mensaje, presentando el Evangelio como un propósito que se puede ignorar implícitamente sin consecuencias?
  3. ¿Evito las partes del Evangelio difíciles con la apariencia de ser más amable y gentil?
  4. ¿Proclamo el problema del pecado y el llamado al arrepentimiento?
  5. ¿Menciono los pecados específico muy frecuentes en nuestra cultura y nuestra época?
  6. ¿Proclamo el Juicio Particular y el Juicio General de Jesús?
  7. ¿Proclamo el Juicio Particular y el Juicio General de Jesús mientras que al mismo tiempo declaro que se aplican a mí?
  8. ¿Imito lo más semejante posible el ministerio de enseñanza poderoso de Jesucristo?
  9. ¿Me presento humildemente ante de los creyentes fervorosos?
  10. “Pero comprenderemos más profundamente este poder de discernimiento si estudiamos el ejemplo del primer pastor. Pues, Pedro, por la autoridad de Dios, ocupó la posición de líder de la santa Iglesia, declinó la veneración inmoderada de Cornelius (aunque el último actuó bien en postrarse ante Pedro), pero Pedro le reconoció como igual diciendo: “Levántate, que también yo soy un ser humano.” Pero cuando descubrió el pecado de Ananías y Safira, de inmediato mostró el alcance de poder que tenía sobre los demás. Pues, por su palabra, puso fin a sus vidas cuando les superó con su espíritu penetrante. Tuvo conciencia de ser la cabeza de la Iglesia en la lucha contra el pecado, pero no reconoció este honor cuando estuvo en la presencia de hermanos rectos. En un caso, la conducta santa merecía la comunión de igualdad; en el otro, el fervor vengador demostró el uso justo de la autoridad.”[1]

Enseñar Mientras Se Predica

“A propósito de esto tendríamos muchas cosas que decir, pero nos cuesta exponerlas, porque se han vuelto lentos para comprender. Ustedes deberían ser maestros después de tanto tiempo, y, en cambio, necesitan que se les vuelvan a enseñar los primeros elementos de las enseñanzas de Dios. Necesitan leche y no alimento sólido. El que se queda con la leche no entiende todavía el lenguaje de la vida en santidad, no es más que un niño pequeño. A los adultos se les da alimento sólido, pues han adquirido la sensibilidad interior y son capaces de distinguir lo bueno y o malo.” Hebreos 5:11-14

  1. ¿Estudio y enseño el sentido de las Sagradas Escrituras, el Catecismo de la Iglesia Católica, las Encíclicas Papales y los documentos de la Iglesia?
  2. ¿Explico los puntos más finos de estos recursos invaluables?
  3. ¿Enseño Los Diez Mandamientos y explico cómo deben ser cumplidos en espíritu y verdad?
  4. ¿Enseño los siete pecados capitales – el soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza? [3]
  5. ¿Enseño las virtudes y los vicios y como los vicios pueden ser disfrazados como virtudes? [2]
  6. ¿Hago cualquiera de las siguientes excusas [5] cuando se trata de las enseñanzas morales más difíciles?
    • Hablar de los casos morales muy serios escandalizaría a los niños.
    • Está bien hablar sobre estos asuntos en las clases de iniciación, las clases de preparación para el matrimonio y proveer los folletos sobre estos asuntos en el vestíbulo, pero no en el púlpito.
    • Estos asuntos son controversiales. Nos llevarán al conflicto y a la discordia.
    • Bajarán las limosnas.
    • La gente se irá a otra Iglesia porque no quieren escuchar esto.
    • Cuando el obispo hable de esto, yo comenzaré hablar de esto.
    • No estoy preparado para hablar de estos asuntos porque no fui entrenado en el seminario para esto.
    • Los recientes escándalos sexuales del clero hace imposible para mí hablar de la sexualidad hoy. No tengo credibilidad.
  7. ¿Me doy cuenta del hecho de si no advierto al pecador y reprendo su pecado, el Señor me hará responsable por la muerte del pecador? Ez 3:18-20
  8. ¿Enseño los siete dones del Espíritu Santo – la sabiduría, la comprensión, el consejo, la fortaleza, el conocimiento, la piedad y el temor de Dios?
  9. ¿Enseño y promuevo los dones carismáticos del Espíritu Santo – palabra de sabiduría, palabra de conocimiento, don de la fe, hacer curaciones, hacer milagros, profecía, reconocimiento de lo que viene del bueno o del mal espíritu, hablar en lenguas.
  10. ¿Enseño los cinco preceptos de la Iglesia? [4]
  11. ¿Enseño sobre los asuntos de justicia social e incito a los laicos a participar en la construcción de una sociedad justa mediante el establecimiento de una jerarquía de valores con una primacía al valor de la vida?
  12. ¿Me esfuerzo en proteger las almas encargadas a mí cuidado, advirtiéndoles acerca de las herejías?

La Oración

  1. ¿Soy fiel y regular en la oración diaria, incluyendo el Oficio Divino?
  2. ¿Rezo el Rosario como fue pedido firmemente por Nuestra Señora de Fátima?
  3. ¿Suplico a los encargados a mi cuidado pastoral de rezar con fervor diariamente, incluso el Rosario?
  4. ¿Invito a los encargados a mi cuidado pastoral a confesarse frecuentemente?
  5. ¿Ofrezco todos los sufrimientos, molestias e incomodidades a Cristo por la expiación de los pecados?
  6. ¿Promuevo las reuniones de oración?

La Obediencia

“Los sacerdotes deben ser puros, muy puros. No deberían preocuparse con cualquier cosa sino el bienestar de las almas y de la Iglesia. La desobediencia de los sacerdotes a sus superiores y al Santo Padre ofende mucho a Nuestro Señor.” Palabras de Nuestra Señora de Fatima hablados a la pequeña Jacinta.

  1. ¿Considero la obediencia al Señor como prioridad numero uno?
  2. ¿Pongo en práctica las peticiones de mis superiores religiosos?
  3. ¿Obedezco a mis superiores religiosos en sus peticiones que yo viva muy modestamente a fin de imitar a Cristo y no causar escandalo?
  4. ¿Soy fiel en mis promesas religiosas o del sacerdocio?

Las Referencias

  1. The Book of Pastoral Rule by St. Gregory the Great. Translated by George E. Demacopoulos; St. Vladimir's Seminary Press. Crestwood, New York, 2007, section 6, p. 64.
  2. ibid, section 9, page 76.
  3. El Catecismo de la Iglesia Católica, Edición Segunda, Parte 3, Sección Uno, Artículo 8, Sección V. párrafo 1866, Lebrería Editrice Vaticana, citta del Vaticano, 1997.
  4. ibid. Parte 3, Sección Uno, Capítulo Tres, Articulo 3, Sección II, párrafo 20141-2043
  5. Superar "No Puedo" por P. Daniel McCaffrey, STD P. Matthew Habiger, OSB, PhD.

No es posible que las preguntas arriba tocan todo aspecto de la vida pastoral espiritual. Por ejemplo, se faltan las preguntas involucrando el desempeño cuidadoso de los Sacramentos. Mientras que son importantes, están bien gobernados por las reglas de disciplina y generalmente no se presentan con desafíos difíciles. Las preguntas arriba corresponden precisamente a los desafíos difíciles de nuestra época, una época en que la predicación autoritaria se ha disparado mientras que el mundo declara el malo como el bueno y el bueno como el malo.

Este examen fue compuesto por Brian Murphy y fue publicado el 15 de setiembre, 2016 en Inglés y el 27 de marzo, 2017 en Español.


Respaldado por:

Reverendísimo Charles Wright, OSB, Oceanside, CA, USA
P. Matthew Habiger, OSB, Atchison, KS, USA
Monseñor Timothy Freyer, Orange, CA, USA
P. Frederick Parke, Jacksonville, FL, USA
P. John Putnam, Huntersville, NC, USA
P. John Paul Hopping, Maplewood, MO, USA
P. Shenan J. Boquet, Presidente, Vida Humana Internacional, Front Royal, VA, USA
P. Tom Cusack, St. Columbans, NE, USA